
Este momento de la vida es muy especial, porque uno cuenta con mucha experiencia pero ha sufrido muchos embates. Ha visto a sus hijos crecer, se ha jubilado, ha perdido a muchos de sus seres queridos. Momento de reflexión, de tranquilidad, de descanso, que hay que transitarlo acompañado.
Es un excelente período para historizar todo aquello que se ha vivido durante la juventud y adultez. Elaborar esas pérdidas tan sentidas, reacomodarse en su entorno familiar/social, seguir firme en las actividades que sí puede hacer, realizar alguna actividad que siempre postergó.
Pero fundamentalmente la idea principal en este momento es seguir conectado con la vida, para eso el espacio analítico les da una posibilidad única a través de la palabra y la escucha.